martes, 3 de mayo de 2016

#24 Fugitiva

Miro a los lados y veo gente sola, con maletas y bolsas en las manos, como yo. El reloj marca las 23:57, el tren llegará en breves.
Me arrepiento de no haber cogido una chaqueta, porque ahora me estoy muriendo de frío, pero con las prisas se me ha olvidado. Cuando he mirado por la ventana y he visto aquel hombre con traje negro apoyado en la farola, me ha entrado pánico. Ya había visto a ese hombre antes, y a tantos otros como él. Copias de copias. Llevan semanas siguiéndome a todas partes, llegué a pensar que me estaba volviendo loca. Solo espero que huyendo de la ciudad me dejen en paz, o al menos a mi madre. Rezo porque la cuiden bien en el hospital, yo ya no puedo hacer nada más por ella.
He llamado a mi mejor amiga y no me ha cogido el teléfono, supongo que ella también debe de haber huido, intentando escapar de la policía o algún hombre vengativo...
Miro hacia mi izquierda y ya me parece ver un par de luces en la distancia que se aproximan. La gente que estaba sentada se empieza a levantar y a acercarse a la vía. Miro sus caras y todos son como yo, fugitivos cada uno de sus propios demonios. Gente solitaria persiguiendo una vida mejor, poetas sin dinero en busca de inspiración, amantes huyendo de sus parejas. 
El tren ya está casi en la estación, qué puntual. Empieza a ir cada vez más lento, hasta que se para, y unas puertas se abren justo delante de mí. Nadie baja, pero todos suben.
-¿Helena?
Al oír mi nombre me giro, cuando de pronto noto un pañuelo en mi boca, y la oscuridad me envuelve.
Lo único que percibo es el sonido del tren alejándose, que se ha dejado a una pasajera a sus espaldas.

Escribe un relato que termine con un cliffhanger (así se evitan posibles spoilers ;) ).

Guillermo Domínguez

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